El artista que hoy he traído hasta aquí, aunque es un fiel representante del llamado realismo americano, no figuraba entre los muchos pintores que estuvieron en la exposición sobre realismos modernos del Thyssen madrileño y que semana a semana hemos visto en estos Encuentros con el Arte. No obstante, he querido detenerme en él por ser un pintor que, aunque muy polémico, mostró con bastante fidelidad el mundo rural de los EEUU.
Andrew Wyeth (Pensilvania 1917-2009) era hijo de un conocido ilustrador americano. Su padre le inculcó la pasión por el arte, aunque al parecer no lo hizo de una manera muy agradable. Contaba Wyeth que su padre le mantuvo casi como en una cárcel. El joven Andrew aprendió a dibujar casi antes que a leer y siendo adolescente ilustraba junto a su padre. Pero al parecer no quería seguir los pasos de su progenitor y comenzó a experimentar con acuarela, témpera y finalmente óleo. En 1936 realiza su primera exposición con un rotundo éxito de venta.
En la década de los cincuenta el expresionismo abstracto era la tendencia impuesta por un Rothko o Pollock y tantos otros que revolucionaron el mundo del arte, pero el pueblo llano lejos de despreciar la obra de Wyeth que seguía fiel al realismo, le hizo inmensamente popular.
Sus escenas costumbristas, un tanto sentimentales, ambientadas en el entorno rural en el que nació y vivió, le convirtieron en uno de los grandes realistas estadounidenses del siglo XX. En sus trabajos hay un aire de romanticismo al estilo de Turner o a los pre-rafaelistas.
EN
Ya en vida logro una gran fama como pintor de paisajes y personas de la costa Este de Estados Unidos, sobre todo de Pensilvania, y de la costa del estado de Maine, sus dos lugares de residencia que fueron su inspiración.
Sus lienzos eran precisos cual fotografía, pero la paleta de grises y sepias, así como un cierto misterio en muchas de las escenas representadas, le acerca en muchas de sus obras a un realismo mágico.
Sin duda mucho de todo esto esta presente en la obra que le lanzo a la fama y que hizo de Wyeth un nombre en el arte: “El mundo de Cristina”
EL MUNDO DE CRISTINA
La casa que aparece al fondo fue el estudio de Wyeth durante décadas. La austeridad de su interior así como el exterior aparecieron en muchos de sus lienzos y también en litografías del artista. Fiel a su realismo, Wyeth decía pintar cosas que reflejaban la verdad básica de lo cotidiano. El cielo, la tierra, los amigos. Christina Olson, una amiga afectada de polio, se alza sobre sus brazos mirando hacia la casa. Su minusvalía no se aprecia en el cuadro pero su cuerpo transmite una cierta inquietud. Puede ser que el artista quisiera reflejar una escena bucólica pero lo cierto es que la composición transmite soledad y malestar y tiene un algo de patético. Cuando Christina murió había pasado toda su vida en esa casa que se vislumbra en la lejanía. Todo el mundo, incluidos los vecinos, ignoraban que la imagen de la mujer plasmada por Wyeth era uno de los cuadros más famosos del arte norteamericano.
Wyeth había conocido a Cristina de la mano de la que se convertiría en su mujer y marchante, Betsy James.
Betsy tenía un gran sentido para los negocios y para la publicidad y logró para su esposo abrir puertas que sin su labor hubieran sido muy difíciles o casi imposibles de conseguir. Convirtió a Wyeth en favorito de las grandes instituciones como el Metropolitan o el Instituto de Arte de Chicago y fue uno de los primeros artistas contemporáneos que consiguió colgar una de sus obras en
La serie “Helga Pictures”, le volvió a llevar a la fama en los años ochenta, cuando salió a la luz una serie de más de 200 obras nunca publicadas. Eran los retratos de la que fue asistenta de su hermana, una mujer de origen alemán a la que el pintor retrató intensamente. La publicación de la obra causó un gran revuelo en el mundo del arte de Estados Unidos.
TRENZAS
Durante 15 años, de
El artista se citó con la modelo en diferentes lugares a lo largo de esos años y el resultado fue ese tesoro escondido de un artista, ya mayor, y uno de los más criticados en el mundo del arte norteamericano. Un artista que en el último tramo de su carrera exhibía una nueva energía.
Siempre hubo en torno a la obra de Wyeth un gran debate. Entre los que le habían catapultado a la fama y daban gran valor a su visión, un tanto particular, de
VIENTO DEL MAR
En estas últimas obras, se añadía además, un cierto misterio que iba más allá de la propia obra. Al preguntar a su mujer Betsy por qué, en su opinión, se había ocultado a Helga tanto tiempo, su respuesta fue “amor”. No se sabía si en verdad se refería a una relación existente entre artista y modelo o a una estrategia puramente comercial.
DETALLE
Poco después de revelar la existencia de la colección a su mujer, ambos decidieron buscar un comprador que mantuviera juntas las piezas. Lo encontraron muy cerca. Leonard E. B. Andrew, un editor de Dallas, accedió a pagar una suma de varios millones de dólares por ella, así como por sus derechos de reproducción. Andrew describía su colección como "un tesoro nacional".
INTERIOR
Wyeth ingresó en 1976 en
ANDREW WYETH
Andrew Wyeth falleció el 16 de enero de
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Fuentes consultadas:
Pinturas que hay que ver . Stephen Farthing y J.F. Yvars (Ed.Grijalbo)
Obras del Museum of Modern Art
Arte del siglo XX. Ruhrberg.Scheneckenburger.Fricke y Honnef (Ed.Taschen)
Fotografías: Las mismas y la red.
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