domingo, 14 de octubre de 2012

FERNANDO BOTERO, la voluptuosidad total.



En estos últimos tiempos las entradas de este blog se han detenido en el País Vasco, concretamente en nuestros museos bilbaínos. No es de extrañar porque tanto el Guggenheim como el Bellas Artes nos ofrecen habitualmente variedad y calidad. Difícil olvidar la reciente exposición de Hockney (este blog 26 mayo 201) en el Guggenheim o la gran exposición del Bellas Artes dedicada a Antonio López (este blog 5 enero 2012 ) que tuvo que prolongarse por la gran afluencia de amantes del arte.






Me refiero a ambos porque coinciden en el tiempo, en la ciudad y en ser artistas que aún están entre nosotros. Pues bien, ahora tenemos dos nuevas oportunidades para los que vivimos en esta tierra. Por un lado, en el Guggenheim, a Egon Schiele (este blog 7 agosto 2011 ) el gran artista suizo fallecido en plena juventud y en el Bellas Artes a un artista “redondo”, no solo en la manera de manifestar su arte, sino en cuanto a completo a la hora de expresarlo en diferentes disciplinas. Me refiero a Fernando Botero (Medellín-Colombia 1932) uno de los artistas vivos más importante que ahora mismo tenemos la gran oportunidad de conocer.

Pero no voy a escribir aquí sobre la obra pictórica de Botero y no porque no la considere importante, sino porque no habría espacio suficiente para ello en este modesto blog. 







Creo que en el Botero pintor e ilustrador encontramos al artista que es consciente de la sociedad que le rodea y que es capaz de, a través de sus personajes voluptuosos, expresar esa realidad social amplia, con humor desenfadado o sátiro, analizarla, denunciarla si es preciso, en una palabra, su obra pictórica, como apunto, merece una entrada dedicada exclusivamente a ella, así que nada mejor que animar a los que están cercanos a Bilbao a visitar la exposición.
  
Yo mientras tanto me decanto por una disciplina que me motiva mucho y que siempre me ha atraído del artista colombiano; La escultura.

Los que han seguido un poco este blog saben que hay muchas entradas dedicadas a la escultura y conocen también mi inclinación a dedicar artículos a disciplinas que llevan el arte a la ciudad, que acercan el arte a la población. En una palabra que hacen que el arte esté presente entre nosotros.







La obra de Botero es inmensa, redonda y voluptuosa y considero que es idónea para ocupar el espacio urbano. Siempre he pensado que aquello que quería expresar a través de la escultura, gracias a esa redondez carente de aristas, resultaba también carente de agresividad y hasta amable. Para mi la redondez es algo que nos aproxima a la naturaleza y a la dulzura y en el medio urbano resulta un componente idóneo del equilibrio que tanto necesitamos. 






Dicen los que han estudiado la obra de este gran artista que una vez hallado su estilo personal, este se caracterizó por un vitalismo burlón. Yo, como humilde espectadora coincido en parte con esa apreciación. Creo que efectivamente decir Botero es decir volumen, decir vitalidad, decir voluptuosidad, pero no estoy tan segura de que el calificativo burlón sea el adecuado. Más bien creo que el volumen, efectivamente, es una exaltación de todo lo que nos rodea, desde relaciones humanas, amor, miseria, en una palabra es el costumbrismo expresado en su máxima potencia, pero no encuentro ese toque de burla. Más bien veo, en ocasiones, un toque cáustico en su obra. Pero claro está, doctores tiene la iglesia y esto son pensamientos míos. 




  EL RAPTO DE EUROPA




En todo caso no es objeto de esta pequeña entrada hacer un análisis de su arte, sino traer la escultura de Botero hasta aquí haciendo coincidir esta Entrada con la feliz visita del artista a Bilbao, ya la obra expuesta es principalmente pictórica y la escultura casi se puede decir que tiene una presencia anecdótica puesto que una sola de sus obras se deja ver en la muestra, la denominada “Caballo con bridas” que se asienta en la Gran Vía Bilbaína frente al BBK, entidad que patrocina la exposición.




 FRENTE AL BBK DE BILBAO



 
Fue a partir de 1976-77 cuando el artista comienza a dedicarse más a la escultura. El Gran Palais de París expone en 1977 obras del Botero-escultor y en 1978, en Hannover, presenta un gran número de obras escultóricas en la Galería Brusberg de esa ciudad.
 
La rotundidad de su obra es mayor aún en la escultura, sobre todo cuando nos encontramos con esculturas fragmentadas o con diferentes partes del cuerpo humano contrastadas.


Los Campos Elíseos de París y la ciudad de New York reciben al escultor en los años 1992-93. Sus raíces colombianas se hacen bien patentes en estas inmensas obras que nos recuerdan mucho al arte precolombino

En ocasiones, admirando la obra de este artista, encontramos una mezcla entre el arte popular de algunos países de América latina y el de los grandes pintores como Rubens y el de otros maestros del arte universal.








Fernando Botero aunque colombiano, tiene una estrecha relación con la Toscana. Concretamente con la ciudad de Pietrasanta de la que es ciudadano de honor. Sus antepasados son originarios de Italia, emigrantes que partieron a Medellín, pero además de ello, las fundiciones de esta localidad son las que nos permiten el milagro de admirar la obra del escultor hecha realidad. Son las que convierten en bronce los bellos volúmenes de Botero. La ciudad también tiene una estrecha relación con las canteras que la rodean. Se encuentra muy cercana a Carrara. Dicen que el propio Miguel Ángel seleccionaba en esta zona de canteras el material para sus obras.








En Carrara y alrededores encontramos el material. En Pietrasanta a los artistas que hacen realidad el arte.

Podría decirse que Carrara es la cantera y Pietrasanta el arte, puesto que a lo largo de los años se han ido incrementando las actividades artísticas a la ya mencionada fundición en bronce.
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El apasionante proceso de la fundición en bronce ha atraído a los grandes artistas hasta aquí y desde luego tiene que ser un lujo poder ver “in situ” la transformación de la obra de Botero, de semejantes dimensiones, desde el humilde barro hasta el soberbio bronce.




 FUNDICION DE LA OBRA EN EL TALLER



Esa transformación de la pieza a pequeña escala en barro, a un molde a tamaño real y finalmente como se vierte el cobre fundido que nos dará la pieza deseada, tiene que ser apasionante. Las obras del artista, dado su gran tamaño, se elaboran pieza a pieza y antes del toque final se unen por soldadura.


La población que en un principio comenzara con el mármol, alberga  ahora ocho grandes fundiciones famosas en todo el mundo y que ha llevado el nombre de la ciudad a ser conocida como un referente en el Arte.






Sobre la obra pictórica de Fernando Botero que llega al Bellas Artes de Bilbao, os dejo aquí la página del museo. En ella tenemos una extensa presentación del artista y su obra que sin duda invita a no perderse una vez más, la calidad que nos ofrece la pinacoteca bilbaína.



Y aprovecho esta Entrada para hacerme eco de la distinción que ha recibido el Museo Bellas Artes. La Fundación DOCOMOMO (Fundación para la Documentación y Conservación del Arte Moderno) ha otorgado esta distinción por la importancia del edificio moderno del Museo. (ver noticia ampliada en la web del museo arriba adjunta).



NOTAS: Para mejor visualizar la fotografía “picar” con el ratón encima de las que interesen.
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Fuentes consultadas:
Arte Latinoamericano del siglo XX.  Sullivan. (Edit.Nerea)
Arte Latinoamericano Siglo XX. Edward Lucie-Smith. (Edit.Destino)
Museo Bellas Artes de Bilbao.
La Vanguardia Magazine.
Para la fotografía: Las mismas y la Red.