lunes, 17 de marzo de 2014

MANUEL MILLARES. De nuevo en la islas.



Después de un breve intervalo para traer hasta aquí a mi paisano Albizu, regreso a las Islas. En la entrada dedicada a César Manrique (19.01.2014) ya tenía el firme propósito de hacerlo. No podía ser de otro modo. La luz de Manrique en unos días en que aún añorábamos el calor y los colores que no nos proporcionaba el invierno me hacía mirar hacia allí con deseo de permanecer en ese lugar.

 

 DIBUJO

 Así que pensé que era un buen momento y que para hacerlo nada mejor que nos visitase uno de esos artistas que no se detuvo en una sola disciplina. Se podría decir sobre él que perteneció a esa privilegiada casta de los “multidisciplinares”. 

 

 EL CURA. DIBUJO

 

Manuel Millares, tuvo unos comienzos de autodidacta que le llevaron a realizar dibujos y grabados, pintura figurativa de paisajes, retratos, para finalmente devenir en su última etapa en lo que se ha dado en llamar un pintor abstracto y es por esta etapa precisamente por la que es más reconocido.

 

 DIBUJO 

 

 Pero las anteriores también están llenas de interés. Tanto la época de dibujos rupestres en la que investigo los dibujos del barranco de Basto como la del grabado y dibujo en general, un dibujo que ya era marcadamente expresionista. 

 

GUACHE Y TINTA

 

Manuel Millares (Manolo) nació en 1926 en Las Palmas de Gran Canarias en una familia de alto nivel cultural en la que no faltaron los poetas. Él mismo tuvo una gran sensibilidad hacia la literatura y la historia. Posiblemente a ello le debe su incursión en el surrealismo.

 

LA PUYA

 

Su mirada a la historia le llevó a estudiar artistas anteriores a su generación también canarios, como Oscar Domínguez (en este blog: 02.12.2012) y muchos otros que fueron claves en los movimientos culturales de las islas.

 

HOMONCULUS

 

Todos los datos recogidos sobre su vida artística coinciden en apuntar que su carrera estuvo claramente dividida en dos etapas. En una primera, hasta poco más o menos 1955, se aprecia su inclinación por el surrealismo y también un profundo interés por las culturas ya desaparecidas que le llevaron a sus trabajos sobre los guanches de las Islas. De esta época datan los dibujos de aborígenes canarios y signos rupestres que antes menciono. Sobre 1949-1950 comienza a adentrarse en la pintura abstracta.

 

 

A partir de esa fecha, se podría decir que entra en la segunda etapa, etapa que finalizaría con su muerte en 1972. Es por esta última por la que el artista es más conocido. En ella comienza a introducir en su obra la arpillera y también elementos como la cerámica o la arena, la madera, en una palabra diferentes materiales.

 


 Aunque estos materiales nos podrían indicar un cambio profundo en su obra, hay que señalar que evocan, de alguna manera, las formas ancestrales de enterramientos como podrían ser las momias fúnebres de las islas. Diríamos pues que aún presentando una obra rompedora y moderna en cuanto a la introducción de esos elementos, sus raíces son profundas y ligadas a sus orígenes.

 

En la trayectoria artística de Millares el formar parte del grupo “El Paso”grupo que se funda en 1957 fue algo decisivo.

Este grupo se formó con artistas como Antonio Saura, Pablo Serrano, Martín Chirino también canario y que próximamente nos visitará en el Blog, Canogar, Luis Feito, Manuel Conde, José Ayllón o la única mujer Juana Francés. Sin embargo todos ellos fueron algo más que simples artistas.

Fue un colectivo cultural revolucionario en cuanto a vanguardia de la cultura del momento. Nació después de largo tiempo de oscurantismo y silencio creativo y consiguió que se abriese un espacio de luz en cuanto a creatividad se refiere. No hay duda de que la labor de este grupo fue fundamental para que el arte contemporáneo del momento saltase más allá de nuestras fronteras. 

 


 

Todos ellos realizaron una “pintura de acción” en dónde la pintura figurativa apenas estaba presente. Se trataba de obras abstractas y muy vanguardistas y se experimentaba con diferentes materiales. La fuerza estaba presente por medio de pinceladas fuertes y muy empastadas y como he apuntado los diferentes materiales eran parte esencial de las obras. No sólo la arpillera como es el caso de Millares, la arena o la madera, también diversos objetos podían ser “pegados” pasando a ser parte indisoluble de la obra. 

 

PERSONAJE CAÍDO

 

Todo lo anterior es común a prácticamente todos los componentes de El paso, teniendo, no obstante, cada uno su propia trayectoria individual.

En 1960, considerando que habían cumplido con los propósitos para los que se formó, el grupo se disolvería.

 

 

Pero volvamos a Millares y lo que supondría para su obra la integración en el colectivo. En un principio el color, o la falta de él, iba a ser el protagonista en la obra ya que esta se vuelve negra, negra y densa, lo que va a proporcionar a sus creaciones un toque dramático. No hay que olvidar que aún se vivía en un momento oscuro y de opresión. Más tarde sería el blanco el que poco a iba a tomar el protagonismo.

 

MILLARES EN EL REINA SOFÍA

 

La formación de EL Paso también supuso su instalación en Madrid. Desde su primera exposición allá por 1945 en Las Palmas su obra se mostró en galerías y museos de todo el mundo. 

Recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1982 y al igual que otros integrantes de El Paso, Miralles está presente en el Museo Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.
En esta ciudad murió Manolo Millares en 1972

Fuentes consultadas,
Arte del Siglo XX .Tomo II (Edit. Taschen)
En la red:
Wikipedia
www.arteespana.com (enlace en este blog)
Para la fotografía: las mismas y la red.



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