viernes, 28 de agosto de 2009

OSWALDO GUAYASAMIN. TRASCENDIENDO FRONTERAS









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Algo muy común en el otro lado del Océano es encontrar la obra de un gran artista dentro de un recinto dedicado en exclusiva a contenerla. Bien en un Museo proyectado a tal fin, bien en algún edificio que el propio autor utilizó para ejecutar su obra o en algún otro que tenga una relación significativa con ella como es el caso de la casa-museo a la que aquí voy a hacer referencia.


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Hemos visto ejemplos de ello en México (R.Tamayo entrada de este blog del 8 de agosto) o en Brasil (I.Camargo entrada del 31 de julio). Pues bien en este viaje hacia el arte ecuatoriano también tendremos el placer de unir contenido y contenedor. Y siendo Ecuador el país elegido, la obra no podría ser otra que la de Oswaldo Guayasamín, el ecuatoriano que transcendió fronteras con su paleta.



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AUTORRETRATO (serie Edad de la Ira) 1963



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Una forma bien hermosa de recopilar, no solo la obra del artista, sino todo el trabajo de una vida, es la que ha llevado a cabo la Fundación Guayasamín que ha recogido en todo un complejo cultural la gran colección de arte arqueológico del artista, toda la obra colonial que Guayasamín donó a la fundación, el taller de restauración que cuida del mantenimiento de todas esas obras, así como la biblioteca, el taller de grabado, el de serigrafía y la llamada “Capilla del hombre”,http://www.capilladelhombre.com/ auténtico santuario constituido por un edificio ideado por el maestro para contener la obra plástica en honor de los hombres y mujeres de América. A su lado “el lugar arqueológico” con sus tumbas preincaicas. La “casa taller”, lugar de trabajo y dónde él residió y finalmente el “árbol de la vida” sembrado por él artista y en dónde se encuentran los restos del maestro.


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LLANTO




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Pero vamos a adentrarnos en la vida y obra de este ecuatoriano que sin duda podemos calificar de “ecuatoriano universal”.

De padre indio y madre mestiza, nació en Quito en 1919. A pesar de la oposición de su padre, ingresa en la Escuela de Bellas Artes de Quito. Es la época de la “guerra de los cuatro días”, un levantamiento obrero en el que perdería la vida su gran amigo Manjares. Este acontecimiento inspirará más adelante la obra “Los niños muertos” y va a marcar su visión de la sociedad.



FUSILAMIENTO (1943)


Se mostró orgulloso de sus raíces y creó desde ellas una obra de denuncia de la realidad actual.
Mostró en sus lienzos los personajes de América que luchaban por sobrevivir. Sus retratos presentan un fuerte trazo y factura marcadamente expresionista.

Dividió su obra en tres etapas. La primera se llamó “Huacayñan” que en quechua significa “El camino del Llanto” y que fue el fruto de un recorrido de dos años realizado por el Sur de América Latina.




SED (Serie El camino del Llanto)



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La Edad de la Ira colección resultante de observar las injusticias sociales y la opresión política. Esta colección, en la que se encuentran diversas series de gran impacto, como la de “las manos” le llevaría a una serie de exposiciones por toda Europa y América que movería las conciencias de aquellos que la admiraron, porque el gran maestro decía:

“Mi pintura es para herir, para arañar y golpear el corazón de la gente. Para mostrar lo que el Hombre hace en contra del Hombre”.



LAS MANOS DE LA IRA (Serie La edad de la Ira)




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Los años y la madurez no aplacaron su espíritu de lucha y denuncia aunque se ve en su obra un atisbo de ternura. Precisamente “La ternura” sería otra de sus series. En ella se ve la entrega entre los hombres para trabajar, mejorar y vivir por la Tierra. También hay temas como el amor materno y la infancia. Todo esto va implicar la vuelta al color.




TERNURA




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Guayasamín también tuvo muy presente el retrato y el paisaje. Un Quito singular y vanguardista nos muestra su peculiar dominio paisajístico.



QUITO VERDE


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Maestro del dibujo, realizó alrededor de 180 exposiciones individuales y fue un artista fructífero con una gran producción tanto de lienzos de caballete, como esculturas, monumentos, y murales. Encontramos murales del artista, entre otros lugares, en Quito, en Madrid (Aeropuerto de Barajas) o en París (Sede de la UNESCO).
En agosto de 1988 hizo entrega al Congreso Ecuatoriano de un mural que quedó instalado en el Salón de Sesiones de la Cámara. El gobierno de EEUU criticó duramente al maestro por esta obra en la que aparece un rostro “cadavérico” y un casco nazi con las siglas: “CIA”. En el acto de presentación de la obra, el representante de Estados Unidos abandonó la sala expresando de ese modo su rechazo. Y es que el artista tuvo siempre presente que su arte era su voz de denuncia.
Guayasamín fue merecedor en su juventud de todos los Premios Nacionales y a los 33 años obtuvo el Gran Premio de la Bienal de España, así como el de la Bienal de Sao Paulo.
Su obra lo muestra como el pintor que trascendió fronteras y llevó un mensaje político y social a través de ellas.


EL MAESTRO Y SU OBRA

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La obra cumbre de su vida se encuentra en la Fundación que arriba menciono. Puso en ella toda su energía pero no llegó a verla finalizada. Murió repentinamente en 1999, a la edad de 79 años, pero como él mismo decía:

“hay quien nace y muere joven, eternamente joven, renovador y creativo”

Efectivamente Guayasamín vivió y murió de esa manera y perdura en la obra que dejó entre nosotros.


NOTA: Para mejor visualizar la fotografía “picar” con el ratón encima de las que interesen.
Para la lectura de entradas anteriores, ir a la ventana de la derecha y “picar” en los años y meses. Se desplegarán los títulos correspondientes a cada fecha.

Fuentes consultadas: Archivo propio.
Arte Latinoamericano del siglo XX.
Latin American Art. (N.York. November 2001)
Fotografías: Archivo propio y la misma Red.

sábado, 8 de agosto de 2009

ARTE POR PARTIDA DOBLE: Rufino Tamayo + Museo Rufino Tamayo




MUJER ALCANZANDO LA LUNA 1946





Nuevamente hay que hablar de Arte por partida doble. De nuevo en el continente Americano y también sobre un artista mundialmente conocido que fue el mayor exponente del modernismo, esta vez en México y de nuevo de un edificio, el que alberga y tiene por objetivo propagar la obra de Rufino Tamayo.

Si en la entrada anterior (31 julio) me refería a Camargo como exponente del modernismo en Brasil y además admirábamos ese maravilloso edificio que contiene su obra, en la de hoy he tenido el placer de disfrutar de un pintor que además de ser vanguardia del modernismo tuvo la grandeza de no alejarse de sus raíces. Todo lo contrario. Su trabajo discurrió paralelo a su tierra y a su cultura.


AUTORRETRATO 1967




Rufino Tamayo nacido en Oaxaca (1899-1991) representó México en toda su obra y además lo hizo desde un contexto nada fácil, en un momento en que el arte mexicano pasaba por ser exponente de los movimientos sociales y que todo aquél que se preciase como artista tenía que ceñirse a un determinado tipo de arte llamado "social".

Tamayo consiguió llevar adelante su obra de manera independiente, ser un representante del modernismo y al mismo tiempo no alejarse de sus raíces ni separar el movimiento social de su arte, todo ello desde una independencia de criterios.
Considerado como uno de los principales artistas en la historia de México a la par de Diego Rivera o de Orozco, su obra, aunque si implicada socialmente, nunca fue tan política como la de estos.






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Su estilo supo combinar temas populares autóctonos con formas de vanguardia como el cubismo. Su pintura fue evolucionando desde pequeños formatos de color más liviano a obras de cromatismo brillante con clara temática social. Desde el uso de una perspectiva de influencia cubista hasta desarrollar un estilo propio.
La fuerza del color esta presente en toda su obra lo mismo que las referencias al indigenismo haciendo que su factura sea inconfundible. Combinó la pintura de caballete con la mural.

La mayor parte de influencias que recibió Tamayo aparecen en el óleo “El pájaro Cantor” (1943). En él, el arte, la cultura y el color exultante del arte popular de México y la influencia occidental se muestra en todo su esplendor.


El pájaro cantor (1943)


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La figura refleja el interés de Tamayo por la escultura prehispánica, nos muestra la sencillez de la forma y también la influencia del cubismo adquirida por la convivencia con artistas como Miró, Picasso o Braque durante sus años en París. Y por supuesto nos muestra la fuerza del color, algo que fue fundamental en su obra que le fascinaba y que investigó en el arte popular. En “El pájaro cantor” este color llena la tela de vida y rebosa todos planos.


En 1938 marchó a vivir a Nueva York. En la Galería Albright-Knox de Buffalo en 1939 presenta “Mujeres de Tehuantepec” dónde las figuras monumentales del arte tradicional de México se mezclan en una composición inspirada en el cubismo francés.

Sus obras fueron reclamadas por todo el mundo, tanto los murales como “Homenaje a la raza” (1952) o “América” (1956) en el Banco del Suroeste en Houston o el que realizó para el edificio de la UNESCO en París “Prometeo” (1958) como sus obras de caballete.




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Su primera obra totalmente abstracta la realizó en 1943 “La naturaleza y el artista”.
Fue después de esta fecha, durante la década de 1950,cuando desarrolló una tendencia hacia la abstracción a la vez que su obra estaba marcada por un estilo fuertemente emocional.
En sus cuadros de naturaleza muerta aparece el fruto de la sandía reiteradamente hasta convertirse en una imagen que se asocia a su obra.



Naturaleza Muerta


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Rufino Tamayo fue un gran conocedor del arte prehispánico. En Oaxaca, su lugar de nacimiento, contactó con este arte y con objetos precolombinos que más tarde dibujaría. Además fue un gran coleccionista que reunió una colección de esculturas prehispánicas de gran valor que donaría al su ciudad natal.
Tamayo se hizo acreedor de múltiples premios y condecoraciones. Fue Doctor Honoris Causa por la Universidad de Manila, en 1974, por la UNAM en 1979, por Berkeley en 1982 y por la de Veracruz en 1991.


Pero la mayor satisfacción para el artista fue fundar el Museo que lleva su nombre. Inaugurado en 1981 en la capital Mexicana, es una de las instituciones culturales más importantes de México. Está dedicado a la presentación y organización de exposiciones de arte contemporáneo internacional, a la obra de su Fundador, y a la colección que éste donó a la nación mexicana. Constituye un espacio dinámico donde se fomenta la apreciación y el análisis de manifestaciones artísticas de vanguardia procedentes de diversos lugares del mundo. Es uno de los centros de Arte Contemporáneo más importantes del mundo.




PAISAJE CON ROCAS. MUSEO ARTE MODERNO DE MÉXICO



El edificio en si mismo ya es una obra de arte y desde su inicio fue concebido como una pieza más de la colección del Museo.
El diseño del edificio del Museo Tamayo, a cargo de los arquitectos Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky, comenzó desde 1972. Tras varias interrupciones volvió a reanudarse en 1979 y se concluyó en dos años.



El resultado fue un edificio modular en varios niveles que se integra con armonía en el entorno. Su estructura nos remite a la herencia arquitectónica prehispánica. Las diversas pendientes o taludes con vegetación son parte fundamental de la composición y establecen la relación del edificio con el Bosque de Chapultepec creando la impresión de que el Museo surge del suelo.


Llama la atención el diseño de los espacios interiores que, iluminados con luz natural, crean diversas atmósferas. La luz natural y artificial se mezclan para crear contrastes que intensifican la relación del visitante con las obras de arte. Al fondo de cada sala existe un vano superior y uno lateral en forma de terraza o ventanal que recibe luz natural.


El edificio se hizo merecedor al Premio Nacional de Arquitectura 1981 y es considerado en México como uno de los ejemplos de arquitectura contemporánea destinada a la labor museística.

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Una ampliación del Museo ya está en marcha. Para ello se le encomendó el proyecto al arquitecto González de León. La ampliación supondrá una nueva sala para la obra de Rufino Tamayo y otra para la exhibición de la colección permanente.

Y con el objetivo de fortalecer el Museo, próximamente se inaugurará una extensión de éste en Atizapán de Zaragoza, Estado de México, que tendrá como fin conservar y acrecentar la colección que Olga y Rufino Tamayo donaron a México. Un nuevo espacio que va a permitir acoger colecciones privadas y la adquisición de obra para enriquecer la colección permanente.

El terreno fue donado por el Municipio de Atizapán de Zaragoza y para elegir el proyecto se convocó un concurso ganado por Rojkind Arquitectos + BIG por lo que Michel Rojkind , prestigioso y joven arquitecto mexicano, conjuntamente con el estudio danés BIG, llevarán a cabo el Proyecto.

El Nuevo Museo Tamayo diseñado sobre una empinada ladera en Atizapan, y con una forma en planta que simboliza una cruz, se reparte de manera ordenada en espacios destinados a todo el público y espacios para los administrativos.

La idea del proyecto es la de ofrecer una “caja cerrada” que revela parte de su interior e invita a los visitantes a penetrar en ella. Los espacio de embalaje, restauración y almacenamiento serán abiertos a los visitantes con el objetivo de que puedan conocer todas las etapas y estados que tiene una obra de arte antes de ser exhibida.



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Este nuevo edificio además de aumentar la oferta del programa del Museo Tamayo también será, sin duda, un destino cultural y un nuevo icono de la arquitectura museística al igual que el actual.
NOTA: Para mejor visualizar la fotografía “picar” con el ratón encima de las que interesen.
Para la lectura de entradas anteriores, ir a la ventana de la derecha y “picar” en los años y meses. Se desplegarán los títulos correspondientes a cada fecha.

Fuentes consultadas: Archivo propio. Arte Latinoamericano siglo XX (varios autores). Arquitectura siglo XX (varios autores). Sothebys`s, Latin American Art.
Fotografías: Archivo propio y la misma red.