Un artista estuvo presente en todos los apartados temáticos de “Realismos modernos” del Thyssen. Lo pudimos encontrar con paisajes rurales, con los industriales, fue magistral con los retratos íntimos y hasta con el lienzo “vacío”, y nos mostró la ciudad americana como nadie.
En todos ellos nos mostró el dominio de técnica y tema y algo mucho más importante, la capacidad de sacar “el alma” del cuadro. A ello me refería en una pequeña entrada de este blog, de título “El alma de las pinturas”, el día 29 de Marzo de 2009, entrada que ilustré con el cuadro del Faro que hoy encabeza el Blog.
El artista que tenía esa capacidad de sacar “el alma” hasta de una habitación, incluso vacía, no podía ser otro que Edward Hopper.
DIGRESIÓN FILOSÓFICA 1959
Porque hay algo que no se aprende en las Escuelas de Bellas Artes y eso es mostrar “el alma” del cuadro hasta despertar en el espectador las emociones. Eso es algo difícil de aprender. Es un don que se posee o no se posee y Hopper era el maestro en ese Arte.
AUTOMAT 1927
Posiblemente se ha dicho, escrito, publicado y fotografiado vida y obra de Hopper desde todos los ángulos posibles. Su vida, artística y personal, se ha descrito con ensayos, con ilustraciones, en fin, de todas las maneras que se puede realizar una recopilación de la vida de una persona. Así que poco voy a poder añadir aquí.
Si algo tiene de dificultad un blog es la limitación del espacio. Si añadimos, como es el caso, una gran obra y una enorme admiración por ella, el espacio se me hace mucho más pequeño porque además es sumamente difícil hacer una selección de la amplia producción que realizó en sus diferentes temáticas.
Os dejo, un pequeño resumen que nos acerca a los diferentes temas que el trabajó, y algunas pequeñas anécdotas de su vida. Siempre faltará espacio y me faltaran palabras para expresar lo que me hace sentir su pintura.
BLOQUES DE APARTAMENTOS RÍO HARLEM 1930
Nació Hopper en 1882 a orillas del río Hudson. Con 5 años dibujaba y a los 10 firmaba sus dibujos, lo cual le diferenciaba de otros niños de su edad. Poco se sabe de su vida ya que fue muy poco proclive a dar detalles sobre si mismo.
Estudió en la escuela de la localidad y quería ser artista. Sus padres le apoyaron pero le aconsejaron estudiar ilustración o artes gráficas para asegurarse la existencia.
Así que continuó su formación en una escuela de Ilustración y más tarde, en el New Cork School of Art, estudió grabado y pintura. Algunos de sus compañeros como Rockwell Kent y George Bellows serían famosos antes que él.
Pasó un año en París, conoció la obra de Cézanne y Gaugin y también la de Juan Gris que en esa época llegaba a la capital parisina. Pero Hopper no parecía muy impresionado por aquella vanguardia. Marcha a Londres y conoce la obra de Turner, en Amsterdan la de Rembrand y regresa a N.York. Salvo una breve visita a Berlín, Bruselas y España no volvería a Europa y en 1920 comienza a abordar los temas americanos. Sus paisajes del estado de Maine, sus costas y carreteras le harían famoso.
CAPE COP EN OCTUBRE 1946
La civilización en oposición a un paisaje salvaje y a la naturaleza en estado puro, iba a ser otro tema recurrente en su obra. Cuando es invitado a exponer en el Brooklyn Museum de N.York, su recientemente retomada obra en acuarela logra tal éxito que se puede permitir dejar el trabajo de ilustrador para dedicarse de lleno a la pintura. Junto a su mujer, también pintora, adquieren un estudio en Massachussets dónde pasarán los veranos.
ATARDECER EN CAPE COP 1939 (DETALLE)
La factura adquirida por Hopper en la década de los 20, cuando contaba 42 años, ya no iba a cambiar. Era un estilo individual y genuino. No sólo en lo que se refiere a forma y textura sino sobre todo a la temática. Rechazó el arte moderno europeo siguiendo un estilo realista propio con esos temas tan americanos.
PASO A NIVEL 1922-23
Además de su temática de civilización opuesta a naturaleza, trabajó con frecuencia el tema de la mujer recluida en un interior. Vestida o en total desnudez, nos presenta mujeres en situaciones cotidianas o íntimas, llenas de misterio, pero en absoluto sensacionalistas. El vacío como soledad es también tema presente en su obra.
HABITACION DE HOTEL 1931
Tuvo un gran dominio de la luz y las sombras, del dibujo y la perspectiva adquirido en su formación de ilustrador ,de la que había vivido mucho tiempo.
Como comentaba en la introducción de hoy, mucho y muchos han escrito sobre la obra del gran artista americano, pero creo que hay que mencionar especialmente al poeta canadiense Mark Strand. En español tenemos un pequeño libro con el título de “Hopper” (Editorial Lumen) en la que Strand nos comenta una treintena de cuadros del pintor. Es un ensayo profundo de su obra.
OFICINA DE N.YORK 1927
Voy a traer hasta aquí alguno de sus comentarios y así mismo, la reflexión que yo misma realizo sobre algunas obras de Hopper, porque no hay duda de que el Arte de la pintura, como el de la literatura, tiene muchas lecturas. Tantas como espectadores o lectores.
Comenzaré con el cuadro “La Escalera ”, posiblemente uno de los mejores lienzos para representar ese contraste entre interior (seguro) y exterior (desconocido) y la inquietud que transmite.
Se trata de un lienzo pequeño y de los más misteriosos de Hopper. Es una escalera en el interior de una casa que nos hace dirigirnos hacia el exterior. Nos sitúa en su parte superior y de cara al exterior en una invitación a dejar el espacio interno. Al fondo, la puerta abierta parece atraernos. Lo que nos espera es una naturaleza muy propia de Hopper. Un paisaje nada “sosegador”. Como acostumbra, la naturaleza que nos ofrece no es apacible.
El cuadro transmite , al menos a mi me transmite, una sensación de opresión, puesto que la escalera empuja a salir, te echa de la casa, pero lo que nos ofrece, aquello que está enfrente de la puerta, es muy inquietante.
El pequeño óleo, sin ningún personaje, nos “mete” dentro de él. Nos coloca al principio de esa escalera y nos hace partícipes de esa necesidad de salir de la casa y del temor de lo que tenemos enfrente.
Y en su recurrente oposición entre naturaleza y civilización traigo un lienzo que “interpreto” de forma muy diferente a la de la mayoría de los críticos que lo han estudiado. Se trata de “Habitación junto al mar”.
HABITACION JUNTO AL MAR 1951
“Habitación junto al mar” es un óleo de 73,7 x 101,6 en el que Hooper nos muestra el contraste entre la naturaleza intacta, y la civilización (la habitación) abandonada (vacía). La confrontación según los críticos tiene mucho de surrealista.
Lo que me dice el cuadro:
La naturaleza, en este caso representada por el mar que asoma al borde de la puerta abierta, no me sugiere la naturaleza amenazadora de otros cuadros de Hopper. Creo que es el único, o uno de los pocos cuadros de este pintor, en que su naturaleza no despierta en mí inquietud. A pesar de la inmensidad de un mar que se muestra hostil, no hace que sienta temor hacia esa naturaleza en estado puro. Todo lo contrario, se me presenta luminosa, porque luminoso es el lienzo. El sol entra en la habitación pero también parece que con él penetra el azul del mar. En el fondo de la habitación que efectivamente está “abandonada” por la persona, se deja entrever parte de unos muebles y el lado izquierdo de un cuadro que cuelga en la pared. Más que de abandono, me transmite una sensación de refugio y de quieta “espera” del “ausente”. Casi diría que me tranquiliza la presencia de esos muebles y de esa luminosidad.
En una palabra, mis emociones ante este cuadro son totalmente opuestas a las que, según los críticos, el pintor quería despertar.
Otro lienzo de similar temática es: “Sol en la habitación vacía”.
SOL EN LA HABITACIÓN VACIA 1963
Lo que me transmite el cuadro:
Desolación, una sensación de abandono, de tristeza, y de inseguridad. Un vacío total de la casa que hace sentir en mí un vacío interior y delante “la amenaza”. Lo poco que se deja ver por la ventana de esa naturaleza externa, no invita a que salgamos a ella. Es la naturaleza inquietante muy propia de Hopper y que en mi opinión transmite esa intranquilidad a todo el lienzo y también al espectador.
No sé si era ese el objetivo del artista, pero el vacío es tan poderoso que ni siquiera la luz del sol puede remediar la sensación de soledad.
Y finalmente retomo de nuevo la oposición naturaleza-progreso con un cuadro que se puede admirar en el MOMA de N.York. Se trata de "Gasolina" y de él os dejo el comentario que hace Mark Strand.
GASOLINA 1940
Dice Strand que en “Gasolina”, los árboles parecen “acechar”. Es una arboleda que está justo enfrente de la carretera, la larga carretera, en dónde se encuentra la estación de servicio. Es, según Strand, un telón de fondo para la pequeña Gasolinera y para el empleado que la atiende. La entrada de la estación está delimitada por las bombas de Gasolina y por un edificio pequeño iluminado en el que se lee un letrero luminoso “MOBILGAS”. Dice también que la presencia del empleado no resta angustia a lo que parece anunciar el cuadro: el futuro, el paso del tiempo, por mucho que pospone la noche, iluminando y haciendo el día más largo.
Lo que a mi me transmite el cuadro:
Ante todo, la larga carretera que se pierde en el infinito, efectivamente nos anuncia el futuro, el paso del tiempo, pero sobre todo transmite (a mi personalmente) una angustia hacia lo desconocido.
La arboleda que en opinión de Strand, es el telón de fondo, yo la veo como un “telón” en el lienzo, pero también como “la naturaleza amenazante” siempre presente en la obra de Hopper. Si para muchos artistas y no artistas, la naturaleza transmite placidez y equilibrio, en la obra de Hopper yo jamás los he encontrado, todo lo contrario, esa masa de árboles, es más que un telón, es como un muro “amenazante” que nos empuja a seguir la carretera porque evidentemente no “invita” a adentrarse en la masa de árboles. En cuanto al pequeño edificio de la gasolinera muy iluminado, tanto que da luz a todo el cuadro, a mi me transmite una “ligera” sensación de seguridad.
Es el “foco” iluminado y habitado ante la incertidumbre del infinito de la carretera y la “amenaza” de la naturaleza. No obstante, tanto este “remanso” como la figura humana del hombre de la Gasolinera , transmite una “tranquilidad” muy tenue. Y en esto coincido con Strand.
FARMACIA 1927
Y por hoy termino la entrada dedicada a Edward Hopper. Una entrada que podría haber alargado hasta el infinito porque cada acuarela, cada óleo, cada dibujo o apunte de este artista, tiene la fuerza y el don de hacer reflexionar, no sólo sobre su obra, sino sobre la naturaleza, la ciudad, y sobre la vida cotidiana de las personas.
EDWARD Y JO PINTANDO EN SU ESTUDIO EN 1964
Josephine Hopper, de soltera Nivison, también pintora, dejó la pintura cuando se casó con el que sería su marido hasta la muerte. No volvió a tomar los pinceles, pero trabajó como Comisaria de la obra de su marido y sobre todo fue su única modelo. Según dicen, no quería que ninguna otra mujer posará para Edward.
En el último cuadro que pintó Hopper, "Dos comediantes", se representa a el mismo junto a Jo sobre un escenario en una reverencia ante un público imaginario.
Sobre Hopper también en este Blog, las dos siguentes entradas de 8 y 20 de agosto 2010 y la de fecha 5 de Julio de 1012.
A finales de Noviembre de este año 2014, a la edad de 80, años fallecía en Nueva York el poeta Mark Strand.
Me preguntaréis por qué traigo hasta aquí esta noticia, siendo como es nuestro Blog un
lugar fundamentalmente dedicado al Arte.
Dejando aparte que considero la escritura un Arte con
mayúsculas, pero que bien es cierto que solo dedico entradas sobre lectura en
ocasiones muy puntuales, hoy tengo que dar la noticia y más a los pies de esta
Entrada dedicada a Hopper, porque Strand, este gran poeta y también pintor,
escribió un precioso libro sobre este artista. (Hopper. Editorial Lumen)
Cuando me refiero a Hopper no puedo por menos que pensar en
este librito del que me serví para las
diferentes entradas, además de la presente, sobre Hopper realizadas en este
Blog y de la
misma forma cuando leí la noticia del fallecimiento de Mark Strand, me vino inmediatamente
toda la obra de Hopper hasta mi.
También en algunas de las recomendaciones de lecturas
estivales recomendé este pequeño libro que nos explica como ninguno la obra del
pintor americano.Después de leerlo es
difícil separar a Strand de Hopper y a Hopper de Strand.
Mark Strand nació en 1934 en Canadá. Obtuvo el grado de Bachiller en Artes y
estudió pintura en la Universidad de Yale así como poesía italiana. Su
vida como profesor le llevó a impartir clases en numerosos países. Recibió numerosos
y prestigiosos premios.
Autor de una poesía nostálgica, evocadora de prados y
paisajes yo le recuerdo, si me lo permitís, por ese precioso ensayo sobre
Hopper, pintor que tanto admiró.
NOTA: Para mejor visualizar la fotografía “picar” con el ratón encima de las que interesen.
Para la lectura de entradas anteriores, ir a la ventana de la derecha y “picar” en los años y meses. Se desplegarán los títulos correspondientes a cada fecha.
Fuentes consultadas:
Hopper. Mark Strand. (Edit. Lumen)
Hopper. Ivo Kranzfelder. (Edit.Taschen)
Hopper. Realidad y poesía del mito Americano. Silvia Borghesi. (Edit. Electra)
Realismos Modernos. Varios autores. (Para la Expos. del mismo nombre del Thyssen de Madrid)
Catálogo : 350 obras del MOMA de N.York.
Fotografía: Las mismas y archivo propio.
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