domingo, 3 de noviembre de 2013

EL CUERPO ES EL SUJETO. ARTE MEXICANO II. ERNESTO TAMARIZ



Una breve incursión a la trayectoria de otro de los artistas que nos visitó en Biarritz. En este caso se trata de un escultor. Aunque son varios los que nos visitaron, he elegido para esta entrada a Ernesto Tamariz, sobre todo porque su obra es perfecta para el objetivo de la muestra de El Belleveue. El cuerpo y el sentir nacional mexicano.





La obra de Ernesto Tamariz, como la de muchos escultores, está pensada para ubicarse en el exterior, en un entorno urbano, pero la obra que se seleccionó para Biarritz se mostró igualmente magnífica en un recinto cerrado.

Hagamos un pequeño resumen de la biografía de este gran escultor que no es demasiado conocido entre nosotros.


MONUMENTO   


Tamariz nació en 1904 en Puebla (México) y estudió Bellas Artes en esa misma ciudad.
Su trabajo principal se desarrolló en la época post-revolucionaria, de ahí el interés de incluirlo en esta exposición que se ha llevado a cabo en la villa francesa. También coincide con los demás artista que nos han visitado en el tema de su obra. 



BRONCE


Fundamentalmente se inspiró para su creación en la identidad mexicana y, al igual que sus compañeros, pudo reivindicar esa identidad por medio de sus esculturas. Del mismo modo que los muralistas plasmaron las reivindicaciones sociales y nacionales en los muros de las ciudades mexicanas, Tamariz esculpió ese sentir mexicano con sus manos y aunque su obra no está plasmada en murales, lo está diseminadas por todo el país, en forma de esculturas, muchas de ellas de temática religiosa o muy cercana al culto a la muerte. 



 MONUMENTO A LA VICTORIA


Son muchos los monumentos nacionales que han quedado como muestra de su arte. Y digo que fue la obra escultórica la fundamental porque, aunque conocido principalmente por ésta, Tamariz también trabajó la pintura.

Una de las características de este artista fue su capacidad de trabajo. Para él, el trabajo era un placer y se dice que trabajó prácticamente todos los años de su vida y ese trabajo fue el de escultor.

Cuándo apreciamos su obra no podemos ignorar una herencia de los escultores del Renacimiento, así como de Rodin o Maillol. 




Su obra es monumental en todos sus aspectos ya que es grande en tamaño y hermosura y no podía ser de otra manera puesto que su temática es, en gran medida, además de social, funeraria y religiosa.


Posiblemente en Europa llama la atención esa obra funeraria. No obstante debemos recordar la gran influencia de la muerte en el sentir mexicano. Tamariz hizo de los panteones mexicanos un lugar de Arte en los que se puede apreciar el Art-Decó o el Art Nouveau. Sin duda se puede decir que fue un experto del Arte funerario.

Entre las obras que podríamos clasificar como religiosas, encontramos varias esculturas realizadas para la antigua Basílica de Guadalupe o los arcángeles del cerro de Tepeyac. 


 OBRA PARA LA BASÍLICA DE GUADALUPE


La Catedral metropolitana también alberga esculturas de ónix pulido realizadas por el artista. El ónix y el mármol fueron los materiales que más utilizó para la obra funeraria. El escultor también realizó un trabajo literario sobre el mármol como material artístico.

Entre las obras no religiosas se encuentran los relieves para el edificio de la Suprema Corte de Justicia, o el monumento a Don Vasco de Quiroga que está en Michoacán.

Pero sin duda una obra que llegó a ser un auténtico icono del nacionalismo mexicano es la “cabeza de la patria”. Es ésta precisamente la que nos ha llegado a Biarritz.



 CABEZA DE PATRIA




Esta obra, propiedad de su viuda, expresa con una fuerza inusitada todo el sentimiento nacionalista del momento, y es una expresión de las raíces del pueblo mexicano.

Contemplarla es contemplar la historia de un pueblo. Su fuerza expresiva es potente.
Trabajada en bronce, y con unas dimensiones de 68 x 46 x 36 se ubicó en la exposición de forma que se pudiese admirar desde diferentes ángulos. Impresionante desde cualquier punto que se observase.



 EL ARTISTA TRABAJANDO


Aunque su nombre no alcanzó en Europa la fama de muchos de sus coetáneos artistas, en México su nombre está unido a todos aquellos que “escribieron” la historia con la mano del Arte. En este caso podemos afirmar que hizo de testigo de la historia de ese país de la mejor forma que el sabía. Esculpiéndola.

Ernesto Tamariz murió en Ciudad de México en 1988.


Fuentes utilizadas:
Arte Latinoamericano del siglo XX (Ed.El mundo del Arte)
Arte Lantinoamericano del siblo XX (ed. Sullivan)
En la red Wikipedia.
Para la fotografía:
Las mismas

NOTA:

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4 comentarios:

Anónimo dijo...
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Mentxu de la Cuesta dijo...
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Anónimo dijo...
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Mentxu de la Cuesta dijo...
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