…”Sí, así encuentro yo la pintura de Sara Otaño,
esta pintora que hoy quiero traer a este Taller de Encuentros”...
Con fecha 23 de Abril de 2009 comenzaba de esta
forma un pequeño artículo dedicado a esta artista que habita en nuestro rincón
del Bidasoa. Poco o nada tendría que añadir al artículo sino fuera para repetir
todo lo que en el escribí. Os preguntaréis
qué objetivo tiene el volver a traer hasta aquí a alguien que ya nos visitó.
Pues bien, como digo no cambiaría nada de lo qué ya escribí, pero últimamente
me preguntaba si no sería interesante hacer que artículos escritos hace tiempo
se actualizasen. Y me he puesto manos a la obra con Sara, como no podía ser de
otro modo. Porque cuando hacemos referencia a un lugar, a un rincón que nos
resulta entrañable o a un pueblo que hemos visitado y que ha quedado en nuestra
retina, esos recuerdos abarcan todo lo que ellos contienen y nosotros seguimos
teniendo la suerte de que aquí siga esa “paleta potente y ese trazo sinuoso”. Si
visitáis Hondarribia y en una esquinita os sorprende un resplandor rojizo del
que sale un pincel que no cesa de repartir colores… ni lo dudéis! Ahí está Sara
dando color a nuestro paisaje y a nuestras vidas.
Os remito al artículo que en su fecha escribí y
al que ahora añado más color si cabe, trayendo más lienzos de Sara hasta aquí
para que nuestros ojos bailen con esa luz que en ocasiones es difícil pensar
que las saca de nuestras brumas.
No obstante, tengo que hacer una puntualización.
En el artículo yo escribía lo que Sara me transmitía, aún no habiéndola tratado
demasiado. Pues bien, ahora puede decir que en estos años me he acercado mucho
más a su persona y puedo asegurar que aquello que me transmitió en una primera
impresión se ha confirmado con el tiempo. Una prueba más de su autenticidad, de
la suya y de su arte, porque ambos son inseparables en Sara.
Artículo
de fecha 23.04.2009
…”Yo siempre he pensado, y más aún cuando
impartía clases de cerámica en las escuelas, que debería de existir una
asignatura para enseñar a “Ver el Arte”. Con esto no quiero decir que nos
tienen que enseñar a “entender” el arte. El arte no se entiende, sencillamente
se siente. Lo que si se debería de aprender es a saber discernir. A saber qué
es exactamente eso que nos “mueve” y “emociona” cuando estamos ante una obra de
arte y sobre todo aprender a no “tragar” con todo aquello que nos imponen los
medios y la publicidad y que en ocasiones hacen que casi aceptemos como arte
algo que no lo es.
En esa asignatura para Ver el Arte, yo incluiría
saber mirar a nuestro alrededor, cerca de nosotros porque en muchas ocasiones
estamos rodeados de artistas y nos vamos fuera en busca de algo que tenemos al
lado. Por eso siempre he sido aficionada a recorrer exposiciones y ferias de
artesanía, para ver aquello que crean los artistas que son mis vecinos. Y os
puedo asegurar que se encuentran muchas sorpresas.
Sara Otaño vive en este rincón del Bidasoa desde
donde suelo escribir. He seguido su obra y puedo decir que desde que observé
sus primero cuadros me di cuenta que su pintura poseía una factura que la hacía
inconfundible. Con esto no quiero decir que no haya evolucionado, sino que su
pintura, dentro de una evolución que la ha llevado a una madurez, no se puede
confundir con otra. Encuentro ahora su trazo más enérgico y seguro pero sin que
haya perdido su suavidad y movimiento. Sí, la pintura de Sara es, como digo al
principio, sinuosa, y potente. Porque potente sin duda es el color de sus cuadros,
la energía que irradian y sobre todo que trasmiten. Son cuadros con alma y son
cuadros como ella misma.
En una ocasión me dijeron que el artista se
expresa con su obra tal como es. Al observar la obra de Sara, yo diría que es
así. No la he tratado personalmente, pero su físico trasmite mucho de su obra o
su obra mucho de su físico. En un cuadro de Sara Otaño yo encuentro fuerza y
suavidad a la vez. Suavidad en el trazo y fuerza por sus colores que
emborrachan. Una pintura que no deja indiferente.
En estos días en que la primavera se muestra
perezosa para dejarnos luz y color creo que no hay nada mejor que recrearnos en
la pintura de Sara para que nos llene de energía el cuerpo y de calidez el alma.
Os dejo una pequeña prueba de ello y os
recomiendo que si en algún lugar encontráis su obra expuesta no perdáis la
ocasión de disfrutarla”…
Para la fotografía: las mismas
NOTA:
Para mejor visualizar la fotografía “picar” con el ratón encima de las
que interesen.
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fecha.
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