Una breve incursión a la
trayectoria de otro de los artistas que nos visitó en Biarritz. En este caso se
trata de un escultor. Aunque son varios los que nos visitaron, he elegido para
esta entrada a Ernesto Tamariz, sobre todo porque su obra es perfecta para el
objetivo de la muestra de El Belleveue. El cuerpo y el sentir nacional
mexicano.
La obra de Ernesto Tamariz, como
la de muchos escultores, está pensada para ubicarse en el exterior, en un
entorno urbano, pero la obra que se seleccionó para Biarritz se mostró
igualmente magnífica en un recinto cerrado.
Hagamos un pequeño resumen de la
biografía de este gran escultor que no es demasiado conocido entre nosotros.
MONUMENTO
Tamariz nació en 1904 en Puebla
(México) y estudió Bellas Artes en esa misma ciudad.
Su trabajo principal se
desarrolló en la época post-revolucionaria, de ahí el interés de incluirlo en
esta exposición que se ha llevado a cabo en la villa francesa. También coincide
con los demás artista que nos han visitado en el tema de su obra.
BRONCE
Fundamentalmente se inspiró para
su creación en la identidad mexicana y, al igual que sus compañeros, pudo
reivindicar esa identidad por medio de sus esculturas. Del mismo modo que los
muralistas plasmaron las reivindicaciones sociales y nacionales en los muros de
las ciudades mexicanas, Tamariz esculpió ese sentir mexicano con sus manos y
aunque su obra no está plasmada en murales, lo está diseminadas por todo el
país, en forma de esculturas, muchas de ellas de temática religiosa o muy
cercana al culto a la muerte.
MONUMENTO A LA VICTORIA
Son muchos los monumentos
nacionales que han quedado como muestra de su arte. Y digo que fue la obra
escultórica la fundamental porque, aunque conocido principalmente por ésta,
Tamariz también trabajó la pintura.
Una de las características de
este artista fue su capacidad de trabajo. Para él, el trabajo era un placer y se
dice que trabajó prácticamente todos los años de su vida y ese trabajo fue el
de escultor.
Cuándo apreciamos su obra no
podemos ignorar una herencia de los escultores del Renacimiento, así como de
Rodin o Maillol.
Su obra es monumental en todos
sus aspectos ya que es grande en tamaño y hermosura y no podía ser de otra
manera puesto que su temática es, en gran medida, además de social, funeraria y
religiosa.
Posiblemente en Europa llama la
atención esa obra funeraria. No obstante debemos recordar la gran influencia de
la muerte en el sentir mexicano. Tamariz hizo de los panteones mexicanos un
lugar de Arte en los que se puede apreciar el Art-Decó o el Art Nouveau. Sin
duda se puede decir que fue un experto del Arte funerario.
Entre las obras que podríamos
clasificar como religiosas, encontramos varias esculturas realizadas para la
antigua Basílica de Guadalupe o los arcángeles del cerro de Tepeyac.
OBRA PARA LA BASÍLICA DE GUADALUPE
La Catedral metropolitana
también alberga esculturas de ónix pulido realizadas por el artista. El ónix y
el mármol fueron los materiales que más utilizó para la obra funeraria. El
escultor también realizó un trabajo literario sobre el mármol como material artístico.
Entre las obras no religiosas se
encuentran los relieves para el edificio de la Suprema Corte de Justicia, o el
monumento a Don Vasco de Quiroga que está en Michoacán.
Pero sin duda una obra que llegó
a ser un auténtico icono del nacionalismo mexicano es la “cabeza de la patria”.
Es ésta precisamente la que nos ha llegado a Biarritz.
CABEZA DE PATRIA
Esta obra, propiedad de su viuda,
expresa con una fuerza inusitada todo el sentimiento nacionalista del momento,
y es una expresión de las raíces del pueblo mexicano.
Contemplarla es contemplar la
historia de un pueblo. Su fuerza expresiva es potente.
Trabajada en bronce, y con unas
dimensiones de 68 x 46 x 36 se ubicó en la exposición de forma que se pudiese
admirar desde diferentes ángulos. Impresionante desde cualquier punto que se
observase.
EL ARTISTA TRABAJANDO
Aunque su nombre no alcanzó en
Europa la fama de muchos de sus coetáneos artistas, en México su nombre está
unido a todos aquellos que “escribieron” la historia con la mano del Arte. En este
caso podemos afirmar que hizo de testigo de la historia de ese país de la mejor
forma que el sabía. Esculpiéndola.
Ernesto Tamariz murió en Ciudad
de México en 1988.
Fuentes utilizadas:
Arte Latinoamericano del siglo XX (Ed.El mundo del Arte)
Arte Lantinoamericano del siblo XX (ed. Sullivan)
En la red Wikipedia.
Para la fotografía:
Las mismas
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