En estos últimos tiempos las
entradas de este blog se han detenido en el País Vasco, concretamente en
nuestros museos bilbaínos. No es de extrañar porque tanto el Guggenheim como el
Bellas Artes nos ofrecen habitualmente variedad y calidad. Difícil olvidar la
reciente exposición de Hockney (este blog 26 mayo 201) en el Guggenheim o la
gran exposición del Bellas Artes dedicada a Antonio López (este blog 5 enero
2012 ) que tuvo que prolongarse por la gran afluencia de amantes del arte.
Me refiero a ambos porque
coinciden en el tiempo, en la ciudad y en ser artistas que aún están
entre nosotros. Pues bien, ahora tenemos dos nuevas oportunidades para los que
vivimos en esta tierra. Por un lado, en el Guggenheim, a Egon Schiele (este
blog 7 agosto 2011 ) el gran artista suizo fallecido en plena juventud y en el
Bellas Artes a un artista “redondo”, no solo en la manera de manifestar su arte,
sino en cuanto a completo a la hora de expresarlo en diferentes disciplinas. Me
refiero a Fernando Botero (Medellín-Colombia 1932) uno de los artistas vivos más
importante que ahora mismo tenemos la gran oportunidad de conocer.
Pero no voy a escribir aquí sobre
la obra pictórica de Botero y no porque no la considere importante, sino porque
no habría espacio suficiente para ello en este modesto blog.
Creo que en el Botero pintor e
ilustrador encontramos al artista que es consciente de la sociedad que le rodea
y que es capaz de, a través de sus personajes voluptuosos, expresar esa
realidad social amplia, con humor desenfadado o sátiro, analizarla, denunciarla
si es preciso, en una palabra, su obra pictórica, como apunto, merece una
entrada dedicada exclusivamente a ella, así que nada mejor que animar a los que
están cercanos a Bilbao a visitar la exposición.
Yo mientras tanto me decanto por
una disciplina que me motiva mucho y que siempre me ha atraído del artista
colombiano; La escultura.
Los que han seguido un poco este
blog saben que hay muchas entradas dedicadas a la escultura y conocen también
mi inclinación a dedicar artículos a disciplinas que llevan el arte a la
ciudad, que acercan el arte a la población. En una palabra que hacen que el
arte esté presente entre nosotros.
La obra de Botero es inmensa,
redonda y voluptuosa y considero que es idónea para ocupar el espacio urbano.
Siempre he pensado que aquello que quería expresar a través de la escultura,
gracias a esa redondez carente de aristas, resultaba también carente de agresividad
y hasta amable. Para mi la redondez es algo que nos aproxima a la naturaleza y
a la dulzura y en el medio urbano resulta un componente idóneo del equilibrio
que tanto necesitamos.
Dicen los que han estudiado la obra
de este gran artista que una vez hallado su estilo personal, este se
caracterizó por un vitalismo burlón. Yo, como humilde espectadora coincido en
parte con esa apreciación. Creo que efectivamente decir Botero es decir
volumen, decir vitalidad, decir voluptuosidad, pero no estoy tan segura de que
el calificativo burlón sea el adecuado. Más bien creo que el volumen,
efectivamente, es una exaltación de todo lo que nos rodea, desde relaciones
humanas, amor, miseria, en una palabra es el costumbrismo expresado en su máxima
potencia, pero no encuentro ese toque de burla. Más bien veo, en ocasiones, un
toque cáustico en su obra. Pero claro está, doctores tiene la iglesia y esto
son pensamientos míos.
EL RAPTO DE EUROPA
En todo caso no es objeto de esta
pequeña entrada hacer un análisis de su arte, sino traer la escultura de Botero
hasta aquí haciendo coincidir esta Entrada con la feliz visita del artista a
Bilbao, ya la obra expuesta es principalmente pictórica y la escultura casi se
puede decir que tiene una presencia anecdótica puesto que una sola de sus obras
se deja ver en la muestra, la denominada “Caballo con bridas” que se asienta en
la Gran Vía Bilbaína
frente al BBK, entidad que patrocina la exposición.
FRENTE AL BBK DE BILBAO
Fue a partir de 1976-77 cuando el
artista comienza a dedicarse más a la escultura. El Gran Palais de París expone
en 1977 obras del Botero-escultor y en 1978, en Hannover, presenta un gran
número de obras escultóricas en la Galería Brusberg de esa ciudad.
La rotundidad de su obra es mayor
aún en la escultura, sobre todo cuando nos encontramos con esculturas
fragmentadas o con diferentes partes del cuerpo humano contrastadas.
Los Campos Elíseos de París y la
ciudad de New York reciben al escultor en los años 1992-93. Sus raíces
colombianas se hacen bien patentes en estas inmensas obras que nos recuerdan
mucho al arte precolombino
En ocasiones, admirando la obra
de este artista, encontramos una mezcla entre el arte popular de algunos países
de América latina y el de los grandes pintores como Rubens y el de otros
maestros del arte universal.
Fernando Botero aunque
colombiano, tiene una estrecha relación con la Toscana. Concretamente
con la ciudad de Pietrasanta de la que es ciudadano de honor. Sus antepasados
son originarios de Italia, emigrantes que partieron a Medellín, pero además de
ello, las fundiciones de esta localidad son las que nos permiten el milagro de
admirar la obra del escultor hecha realidad. Son las que convierten en bronce
los bellos volúmenes de Botero. La ciudad también tiene una estrecha relación
con las canteras que la rodean. Se encuentra muy cercana a Carrara. Dicen que
el propio Miguel Ángel seleccionaba en esta zona de canteras el material para
sus obras.
En Carrara y alrededores encontramos
el material. En Pietrasanta a los artistas que hacen realidad el arte.
Podría decirse que Carrara es la
cantera y Pietrasanta el arte, puesto que a lo largo de los años se han ido
incrementando las actividades artísticas a la ya mencionada fundición en
bronce.
.
El apasionante proceso de la
fundición en bronce ha atraído a los grandes artistas hasta aquí y desde luego
tiene que ser un lujo poder ver “in situ” la transformación de la obra de
Botero, de semejantes dimensiones, desde el humilde barro hasta el soberbio
bronce.
FUNDICION DE LA OBRA EN EL TALLER
Esa transformación de la pieza a
pequeña escala en barro, a un molde a tamaño real y finalmente como se vierte
el cobre fundido que nos dará la pieza deseada, tiene que ser apasionante. Las
obras del artista, dado su gran tamaño, se elaboran pieza a pieza y antes del
toque final se unen por soldadura.
La población que en un principio
comenzara con el mármol, alberga ahora ocho
grandes fundiciones famosas en todo el mundo y que ha llevado el nombre de la
ciudad a ser conocida como un referente en el Arte.
Sobre la obra pictórica de
Fernando Botero que llega al Bellas Artes de Bilbao, os dejo aquí la página del
museo. En ella tenemos una extensa presentación del artista y su obra que sin
duda invita a no perderse una vez más, la calidad que nos ofrece la pinacoteca bilbaína.
NOTAS: Para mejor visualizar la fotografía “picar” con el ratón encima
de las que interesen.
Para la lectura de entradas anteriores, ir a la ventana de la derecha y
“picar” en los años y meses. Se desplegarán los títulos correspondientes a cada
fecha.
Para la elección de otro IDIOMA ir con el cursor al final de la página.
Fuentes consultadas:
Arte Latinoamericano del siglo XX. Sullivan. (Edit.Nerea)
Arte Latinoamericano Siglo XX. Edward Lucie-Smith. (Edit.Destino)
Museo Bellas Artes de Bilbao.
La Vanguardia Magazine.
Para la fotografía: Las mismas y la Red.
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