sábado, 4 de julio de 2009

El Arte de construir ciudades. La bella y fría ciudad de ROTTERDAM



PUENTE DE ERASMUS


Esta ciudad es fría, y no lo digo solo por el clima, que también lo era y mucho, en la época del año en que la visité. Es fría por su propia estructura, como la mayoría de esas ciudades que quedaron destruidas cuando la guerra y carecen de un casco histórico de referencia. Es como si la historia hubiera desaparecido con sus antiguas piedras. Pero también es bella. Con esa belleza fría del nuevo diseño.

Ha recibido la ayuda de los más célebres arquitectos para su reconstrucción. Una reconstrucción que se ha plasmado en las más vanguardistas de las edificaciones.

Posiblemente ahora no llama tanto la atención la arquitectura de Rótterdam, pero si tenemos en cuenta cuándo se llevo a cabo su reconstrucción, se puede decir que fue algo totalmente vanguardista y revolucionario. Incluso hoy día muchos de sus edificios asombran.

Si algo tiene Rótterdam es su puerto, considerado el tercer puerto en categoría del mundo. Y verdaderamente es fama bien ganada. Impresiona.


CARGUERO


Las ciudades portuarias siempre me han parecido de lo más fotogénicas. Posiblemente no sean las más acogedoras, pero el entorno de los puertos me parece fascinante para ser visitado. Los puertos “hablan” y “cuentan” aventuras de viajeros y aventureros y de vidas diferentes.


Y este puerto no podía ser menos. Aunque la zona portuaria como tal, ha quedado algo relegada, la visita a su extremo es imprescindible. Y por supuesto nos acercaremos atravesando el Puente de Erasmus. Pasear por la orilla y ver desfilar esos cargueros tan largos que no entran en el objetivo de la cámara, o tomar un café en el precioso Hotel Americano, situado justo en ese muelle de donde partían los buques para América, todo ello es una delicia que nos lleva a soñar y viajar.


HOTEL AMERICANO


El Hotel es un precioso edificio que se alza orgulloso sin dejarse empequeñecer por los enormes y modernos edificios que le acompañan en la actualidad. Su interior nos evoca la época del Art Nouveau.


De regreso vamos a ir a parar a las archifamosas Casas Cubo. En su día fueron una auténtica revolución y posiblemente sean de las edificaciones más fotografiadas de Rotterdam. Justo enfrente de ellas la biblioteca municipal. Un magnífico edificio de fachada escalonada de bellos y alegres colores.


CASAS CUBO


Delante, una pequeña estación de cercanías de diseño vanguardista, semeja un platillo volante dispuesto a lanzarse al espacio.

Es aquí dónde el ambiente se hace más popular. Una explanada en la que se dispone un mercado de comida. En él pescados fritos y frescos son ofrecidos junto a verduras, frutas y demás alimentos con gran éxito por parte de todos.


Algo muy atractivo de esta que ciudad y de todas las ciudades holandesas, es el uso de la bicicleta. Al igual que en Bélgica o más aún, los carriles bici han ganado su terreno al automóvil no al peatón, como sucede en nuestro país. Creo que nuestros ediles deberían pasearse por allí para ver “in situ” que para el uso de la bici se debe empezar la casa por los cimientos y no por el tejado. Mal se puede promocionar el uso de la bicicleta si el carril bici es un estorbo para el peatón y en caso contrario un peligro para el ciclista.

Tanto en Bélgica como en Holanda las estaciones de tren presentan inmensas explanadas cubiertas que sirven de abrigo a las bicis que se dejan a la mañana para tomar el tren y se recogen a la noche. El ciclista goza de un respeto y a su vez, el es respetuoso y cumplidor de las leyes de circulación.


Otra curiosidad. Las viviendas. De unas tres alturas, habitadas desde ras de suelo y sin visillos. Cuando paseas delante de ellas, todas iluminadas, muestran la vida cotidiana del interior. Y nadie se detiene a mirar, ni sus habitantes se asoman para lo mismo.


Es un respeto o algo habitual que el uno no se “meta” en la vida del otro. Pensar que pasaría en nuestro país si a ras de suelo estuviera la sala o la cocina de una vivienda, los habitantes en su interior y una ausencia de cortinas. Seguro que el cristal estaría lleno de marcas de la nariz de más de uno que se detendría a elaborar su “gran hermano particular”.Es un ejemplo de respeto mutuo.


Y sobre arte… pues nos vamos de museos y mientras caminamos hacía ellos, nos detenemos en un precioso café que fue centro del movimiento De Stijl (El estilo) cuyo mayor representante fue el pintor Mondrian. La fachada del café, nos muestra las líneas de colores alegres que nos recuerdan los lienzos del pintor. El café De Unie fue construido en 1924-25 por el arquitecto Pieter Oud, destruido más tarde y reconstruido en 1940 siguiendo fielmente su estilo original. Oud estuvo muy próximo al movimiento Stijl pero no llegó a firmar el manifiesto y se fue alejando de su filosofía siguiendo otros caminos.


Respecto a los museos, como podéis suponer en esta ciudad, el continente es casi tan importante, o más que el contenido. Edificios de vanguardia que en ocasiones roban protagonismo a las obras de arte que contienen.

Una “zona cultural” muy interesante es la que comprende tres museos y el Instituto de Arquitectura. Este último es un moderno y precioso edificio, no muy grande, en dónde se imparten conferencias y hay encuentros de alumnos y profesores. Es visitado por todos los arquitectos europeos de renombre que se acercan hasta aquí a dar sus conferencias.


INSTITUTO DE ARQUITECTURA


El museo de Arte moderno. Vendría a ser algo así como el Reina Sofía nacional o el Pompidou francés. Es un dinámico museo que ofrece exposiciones de vanguardia con movimiento constante. El edificio, obra del famoso arquitecto holandés Koolhaas, es famoso en todo el mundo y tiene bien merecida la fama.

Habla el propio edificio de la cronología de la construcción y lo hace con un diseño original. Cada columna, cada pilar en diferentes materiales, nos van llevando por la historia de la arquitectura. Desde pilares que son auténticos troncos de árbol, pasando por el hierro, el cemento, en una muestra de todo lo que se ha utilizado para construir. Un diseño dinámico, y novedoso. La fachada acristalada está enmarcada con un espectacular mármol de Carrara.


AUDITORIUM


Las salas interiores se renuevan constantemente en función del contenido (incluso luces y decoración). El auditórium y su mobiliario presentan un diseño de colores alegres y divertidos. Un museo que nadie puede dejar de visitar si se acerca a esta ciudad portuaria.



De ahí, cruzando el tranquilo y precioso parque se enlaza con el museo de Ciencias Naturales presidido por la enorme escultura de un cuervo que invita a atravesar la acristalada entrada.


MUSEO DE CIENCIAS NATURALES


Y finalmente el Museo de Bellas Artes. El Boijmans. Contiene obra de todos los grandes pintores. Un jovencísimo Dalí, o un Van Gogh también de sus primeros tiempos, cuando era más fiel al impresionismo. Seurat y Chagal de su mejor época.

Y cuadros de O. Kokoschka. Dos típicos retratos y uno atípico totalmente Un gran animal similar a un mono u orangután. Los tres en gran formato.


El museo en el momento que yo lo visité, ofrecía una grata sorpresa. La exposición de toda la obra (un ala del edificio entera) dedicada a la pintora Holandesa Charley Toorop. (1891-1955)


AUTORRETRATO


Aunque su fama fue mayor en la época en que su factura era naturalista, la primera parte de su obra ,la de realismo expresionista, es excepcional .Retratos de grandísimo formato, con una pincelada fuerte, casi dura, de colores más que expresivos. Unos rostros (mucho autorretrato) de terribles expresiones.



Esta mujer sufrió varios ataques cerebrales a lo largo de su vida que le dejaron una secuela que le impedía ver a sus modelos, incluso su propio rostro en el espejo, tal como era. Algo así como una “parte vacía”.

Impresionante obra de una pintora que en el resto de Europa no fue muy conocida.


Holanda es un país llano y con buenas infraestructuras de transporte. Os propongo visitar una ciudad a quince minutos en tren desde Rótterdam y que sin embargo nos hace viajar en el tiempo. Me refiero a la bella ciudad de Delf.


UN RINCON EN DELF


Hay infinidad de motivos para visitarla. Simplemente admirar la que dicen que es la ciudad mejor conservada de Holanda, cuna de Vermeer y que debe buena parte de su fama a la bellísima y famosa cerámica de Delf. Aun se pueden encontrar talleres que “colgados” sobre los canales, abren sus puertas realizadas en la característica cerámica blanca y azul cobalto.


PUERTA DEL TALLER ELABORADA EN CERAMICA


Un lujo para los que amamos la cerámica. Las palabras son pocas para describir este bello rincón.


Y con este breve relato sobre esta ciudad de vanguardia y sus alrededores cumplo con este encuentro con el arte, en esta ocasión, con el arte de construir ciudades.


NOTA: Para mejor visualizar la fotografía “picar” con el ratón encima de las que interesen.

Para la lectura de entradas anteriores, ir a la ventana de la derecha y “picar” en los años y meses. Se desplegarán los títulos correspondientes a cada fecha.


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